Artículo de opinión
By: Ruperto Alis
Santo Domingo, D.N.- No se trata siempre de una intención directa y malvada, sino de un sistema que, en muchos casos, beneficia al poder establecido cuando las mayorías no tienen educación, recursos ni herramientas para exigir sus derechos.
1. Porque la ignorancia da poder a los corruptos
Un pueblo poco informado es más fácil de manipular con populismo, miedo o promesas vacías.
Si no conoces tus derechos, es más difícil que luches por ellos o exijas rendición de cuentas.
2. Porque la pobreza te vuelve dependiente
Las ayudas sociales mal estructuradas pueden volverse una herramienta de control político: te doy “algo”, pero nunca lo suficiente como para que no me necesites.
En lugar de crear condiciones para que las personas progresen, muchos gobiernos prefieren mantenerlas en la supervivencia.
3. Porque la educación transforma… y eso incomoda
Una población educada cuestiona, vota mejor, protesta con argumentos, exige políticas públicas reales.
Algunos sectores del poder no quieren ciudadanos críticos, quieren votantes fieles y manipulables.
4. Porque hay intereses económicos en juego
La pobreza también es rentable para algunos: mano de obra barata, mercados cautivos, fundaciones que viven de la miseria ajena, etc.
Hay sectores que ganan más con la desigualdad que con un país justo y equitativo.
Pero no todo está perdido
Aunque el sistema a veces parece diseñado para que nada cambie, la historia también está llena de transformaciones impulsadas por personas que despertaron, que se organizaron, que educaron a otros y no se resignaron.
¿Qué puedes hacer tú desde tu lugar?
Informarte y ayudar a otros a informarse.
Denunciar la corrupción, exigir transparencia.
Promover la educación como herramienta de liberación.
Romper el ciclo en tu familia y en tu comunidad.