Por: Ruperto Alis / Imparcial RD
Santo Domingo, R.D. – La República Dominicana ha emergido como una alternativa estratégica para empresas estadounidenses que buscan reubicar sus cadenas de suministro fuera de países con altos aranceles, como México y China, en un contexto internacional marcado por tensiones comerciales y nuevas políticas proteccionistas. Así lo destacó recientemente CNN en un reportaje firmado por Vanessa Yurkevich.
El caso de World Emblem, mayor productor mundial de parches para ropa y proveedor de grandes corporaciones como UPS, Levi’s y el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., es ejemplo de esta nueva tendencia. Ante el anuncio del expresidente Donald Trump de imponer un arancel del 25% sobre productos procedentes de México, el CEO de la empresa, Randy Carr, decidió actuar rápidamente y trasladar parte de su producción al Caribe.
“Una semana después, estábamos en un avión rumbo a la República Dominicana”, declaró Carr, quien reveló que el descubrimiento del país como destino para inversión manufacturera lo hizo gracias a ChatGPT.
Ventajas competitivas dominicanas: estabilidad, cercanía y zonas francas
La elección no es fortuita. La República Dominicana ofrece una combinación ideal de factores que atraen a la inversión extranjera:
Estabilidad política y ambiente favorable para los negocios.
Proximidad geográfica con EE. UU.: solo 3 a 5 días de tránsito marítimo, frente a las 3 a 6 semanas desde Asia.
Zonas francas con exenciones fiscales que ahorran millones a las empresas.
Fuerza laboral calificada y de menor costo: hasta un 30% más barata que en México, según World Emblem.
Actualmente, existen 92 zonas francas que albergan más de 850 empresas, según el Consejo Nacional de Zonas Francas. Estas zonas permiten exoneraciones del 100% en impuestos sobre ingresos, exportaciones, locales, e incluso maquinaria e innovación, lo que representa un incentivo fiscal sin precedentes.
Además, muchas zonas francas dominicanas cuentan con escuelas de formación técnica, financiadas en parte por el Estado, lo que garantiza una fuerza laboral capacitada para los retos tecnológicos modernos.
Crecimiento sostenido y liderazgo regional
La inversión extranjera directa (IED) en el país creció un 7.1% en 2024, captando el 41% del total regional en Centroamérica, según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). El sector manufacturero ya representa cerca del 20% de esa inversión, solo superado por el turismo.
Empresas globales como Hanes, Timberland, Cardinal Health, Eaton Corporation y Rockwell Automation ya operan en territorio dominicano, consolidando la isla como un polo manufacturero de clase mundial.
El movimiento también beneficia a Estados Unidos, que mantiene un superávit comercial de US$5.4 mil millones con la República Dominicana. Este auge ha sido impulsado por el flujo de insumos provenientes de EE. UU. hacia las zonas francas dominicanas, en el marco del acuerdo DR-CAFTA, que permite comercio preferencial entre ambos países.
Retos y oportunidades futuras
A pesar del crecimiento, la República Dominicana enfrenta desafíos importantes:
Limitación de terreno: su pequeña extensión territorial complica la expansión masiva de nuevas zonas francas.
Necesidad de más profesionales técnicos e ingenieros, que el gobierno ya prioriza con programas educativos especializados.
Falta de conocimiento internacional sobre su potencial manufacturero, una barrera que impide que más empresas consideren al país como opción viable.
Aun así, expertos como Marino Auffant y Stephen Ezell destacan que la República Dominicana ofrece un modelo “llave en mano” para hacer negocios, ideal para empresas que buscan eficiencia, cercanía y ventajas fiscales en un entorno global incierto.
El Estado dominicano como aliado del desarrollo industrial
Este fenómeno refuerza el papel estratégico del Estado dominicano, que ha promovido activamente una política de apertura a la inversión extranjera, combinada con infraestructura logística en crecimiento, educación técnica y estabilidad jurídica.
Iniciativas como la Agenda Digital 2030 y el fortalecimiento del marco legal para la innovación colocan al país en el radar global como plataforma ideal para manufactura de exportación, especialmente en sectores como tecnología, textiles, dispositivos médicos y electrónica.
El reto será escalar esta oportunidad y garantizar que el auge de la manufactura no solo beneficie a las multinacionales, sino que impulse el desarrollo humano, el empleo digno y la transferencia de conocimiento hacia una República Dominicana más competitiva e inclusiva.
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