Secuelas del huracán Iota en Providencia, Colombia.
Por: Ruperto Alis / Imparcial RD
El impacto del cambio climático va más allá del aumento de las temperaturas globales. Según un reciente informe de la Iniciativa Spotlight de la ONU, cada grado adicional de calentamiento global se asocia con un aumento del 4.7% en los casos de violencia de pareja. De mantenerse esta tendencia, para 2090, aproximadamente 40 millones de mujeres y niñas podrían sufrir abusos de pareja anualmente, a causa de las condiciones extremas derivadas de la crisis climática.
Esta escalofriante proyección subraya la creciente interconexión entre la crisis ambiental y la violencia de género, un fenómeno que afecta a una de cada tres mujeres a nivel mundial. La violencia física, sexual y psicológica contra las mujeres se está intensificando debido a las tensiones sociales y económicas exacerbadas por los desastres climáticos, los desplazamientos forzados y la inseguridad alimentaria.
La Relación entre Clima y Violencia de Género
El informe revela que, con un aumento de 2°C en la temperatura global, 40 millones de mujeres más podrían estar en riesgo de sufrir violencia de pareja cada año. Y si las temperaturas suben a 3,5°C, esta cifra podría duplicarse. Las comunidades más vulnerables, especialmente en países en desarrollo, enfrentan una doble amenaza: las mujeres, que ya luchan contra desigualdades arraigadas, se ven aún más expuestas a la violencia en contextos de inestabilidad y crisis climática.
Además, el informe resalta que los fenómenos climáticos extremos no solo provocan desplazamientos y pérdidas de hogares, sino que también incrementan los feminicidios y las agresiones. Por ejemplo, las olas de calor han registrado un aumento del 28% en los casos de feminicidio, mientras que los desplazamientos derivados de inundaciones y sequías incrementan el riesgo de matrimonios infantiles, trata de personas y explotación sexual.
Una Pandemia Silenciosa que Exige Acción
La violencia de género es una “pandemia en la sombra” que afecta a más de mil millones de mujeres, y las cifras continúan en aumento. La crisis climática está potenciando este problema, como lo demuestran los 93,1 millones de personas afectadas por desastres naturales solo en 2023. Aunque las estadísticas son alarmantes, se estima que los números reales podrían ser aún mayores, debido a que solo una pequeña fracción de las víctimas denuncia formalmente los abusos.
Es crucial que las políticas climáticas integren un enfoque de género para abordar la violencia de género y proteger los derechos de las mujeres. Sin embargo, actualmente, menos del 0,04% de la ayuda al desarrollo relacionada con el clima se destina a la igualdad de género, lo que pone de manifiesto un grave vacío en las respuestas políticas.
El Llamado a la Acción: Integrar la Prevención de Violencia de Género en la Política Climática
La Iniciativa Spotlight hace un llamado urgente para que la prevención de la violencia de género se integre en todas las políticas climáticas, tanto a nivel local como global. Ejemplos de países como Haití, Liberia y Mozambique demuestran que es posible diseñar programas que aborden tanto la violencia de género como la resiliencia climática, ayudando a las mujeres a adaptarse a los cambios climáticos mientras se protege su seguridad.
Las soluciones eficaces requieren una visión que priorice los derechos humanos, la equidad y el liderazgo de mujeres y niñas en la toma de decisiones sobre el cambio climático.
Conclusión: Un Futuro Justo y Sostenible es Imposible sin Igualdad
Combatir la violencia de género no es solo una cuestión de derechos humanos, sino un elemento esencial para lograr un futuro resiliente al cambio climático. A medida que las crisis climáticas se intensifiquen, la protección de las mujeres y niñas será crucial para asegurar la justicia social y climática en las décadas por venir.