JERUSALÉN / TEHERÁN.– El intercambio de misiles entre Israel e Irán ha dejado más de 230 muertos en apenas tres días, en medio de una de las confrontaciones más intensas y peligrosas en la historia reciente de Oriente Medio, que amenaza con desestabilizar aún más la región y provocar un colapso diplomático global.
Según cifras oficiales, Irán ha confirmado 224 fallecidos y 1.277 heridos, mientras que Israel reporta al menos 14 muertos y cerca de 390 heridos, tras los más de 270 misiles lanzados por Irán, de los cuales 22 lograron penetrar las defensas antiaéreas israelíes, causando daños en zonas residenciales.
El conflicto se desató el pasado viernes cuando Israel inició un ataque sorpresa contra objetivos estratégicos en suelo iraní. Desde entonces, ambas potencias han intercambiado fuego sin señales de desescalada, a pesar de los llamados de la comunidad internacional a un alto el fuego inmediato.
Objetivos militares y civiles en la mira
Los ataques israelíes del domingo alcanzaron el Ministerio de Defensa de Irán, instalaciones de misiles, fábricas de defensa aérea y también edificios civiles, incluyendo el Ministerio de Asuntos Exteriores y depósitos de combustible en Shahran (al norte de Teherán) y en el sur de la capital. Entre las víctimas iraníes figura el jefe de inteligencia de la Guardia Revolucionaria, Mohammad Kazemi, uno de los generales de mayor rango del país.
En el norte de Israel, la ciudad portuaria de Haifa fue escenario de incendios devastadores tras impactos en su refinería de petróleo, mientras el aeropuerto internacional y el espacio aéreo permanecen cerrados por tercer día consecutivo.
El gobierno israelí ha declarado que su objetivo es impedir que Irán desarrolle armamento nuclear, y ha afirmado que mantiene una operatividad casi total en los cielos iraníes, lo que ha intensificado las tensiones sobre el alcance de su ofensiva.
Consecuencias económicas y diplomáticas
Los ataques también han encendido las alarmas sobre la industria energética iraní, ya golpeada por sanciones internacionales, y cuya estabilidad es crítica para los mercados globales del petróleo. La amenaza de nuevos ataques podría agravar la crisis económica en Irán y desestabilizar aún más el equilibrio energético mundial.
En el plano diplomático, las negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán previstas para este domingo en Omán fueron canceladas, y la Unión Europea convocó una reunión de emergencia para este martes, según informó la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas.
“Seguiremos contribuyendo a todos los esfuerzos diplomáticos para reducir las tensiones y encontrar una solución duradera... que solo puede lograrse mediante un acuerdo negociado”, declaró Kallas.
Por su parte, el expresidente de EE. UU. Donald Trump, quien se pronunció en redes sociales, llamó a ambas partes a "llegar a un acuerdo", comparando el conflicto con los históricos enfrentamientos entre India y Pakistán.
Irán responde, pero abre una puerta
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, dejó abierta una rendija a la negociación: “Si cesan los ataques israelíes, cesarán nuestras respuestas”, advirtió, sugiriendo que Teherán aún considera posible una salida diplomática.
Sin embargo, la incertidumbre se cierne sobre la región. Analistas temen que una escalada directa entre Israel e Irán —ambos con importantes capacidades militares y presencia estratégica en múltiples frentes— pueda detonar un conflicto regional de gran escala, involucrando a actores como Siria, Líbano, Irak y posiblemente potencias globales.