El director y productor Guillermo Cordero cierra el año con una propuesta teatral fuerte, audaz, profundamente reflexiva y visualmente magistral
Santo Domingo, D.N. – El telón de la Sala Ravelo del Teatro Nacional se levanta para presentar una de las producciones más esperadas de la temporada: Habemus Papa, la nueva apuesta escénica del maestro Guillermo Cordero, quien una vez más desafía los límites del teatro dominicano con una obra en la que emoción, fe y poder se entrelazan en un duelo interpretativo de alto nivel.
Del 5 al 14 de diciembre, viernes y sábados 8:30 de la noche, y domingos a las 6:30 p.m., el público podrá ser testigo de una representación que va más allá de lo religioso y se adentra en las profundidades más vulnerables del alma humana.
Inspirada en la aclamada The Pope de Anthony McCarten y adaptada por José Emilio Bencosme, la historia narra el histórico encuentro entre el Papa Benedicto XVI (Pepe Sierra) y el Cardenal Jorge Bergoglio (José Guillermo Cortines), quien más tarde se convertiría en el Papa Francisco, dos hombres que finalmente darían forma de manera muy diferente al futuro de la fe mundial.
Lejos de ser un montaje convencional, Habemus Papa se erige como una experiencia teatral íntima y poderosa, que invita a la reflexión.
Cordero, fiel a su estándar de excelencia, logra que cada silencio pese tanto como un diálogo. Con una escenografía sobria y simbólica, el escenario se transforma en un sitio de introspección donde el poder presente tiende a hacer que la fe y la duda se miren a sí mismas con una fuerza casi confesional.
“Dos pensamientos distintos siempre deben estar abiertos a la luz del entendimiento”, afirma Cordero, resumiendo el tono de una obra que no da respuestas fáciles, sino que sirve como catalizador de pensamiento.
El elenco principal brilla con fuerza: José Guillermo Cortines encarna a un Papa Francisco contenido, humano y vulnerable; mientras Pepe Sierra da vida a un Benedicto sólido, racional y profundamente institucional. A su lado, Karina Larrauri (Sor Leticia) y Elvira Taveras (Sor Petra) aportan matices y sensibilidad, acompañadas por Vic Gómez y Héctor Then, en interpretaciones que elevan la tensión emocional de la trama.
El espectáculo, ofrecido en la intimidad de la Sala Ravelo, se beneficia de una puesta en escena que es cercana a la sobriedad litúrgica. La escenografía, centrada en la simbología del poder, una silla, un balcón, la penumbra, obliga a los espectadores a concentrarse en la fuerza del diálogo y los actores.
“Este tipo de desafíos son siempre los que me hacen crecer como artista, creador escénico y director teatral”, asegura Cordero, recompensando con Habemus Papa un fin de año acorde a su carrera, recordándonos sus fuertes convicciones en un teatro impulsado por el pensamiento, estética y trascendencia.
Toda la producción general se completa con un equipo de primera categoría: asesoría escenográfica de Yeimy Díaz, música original de Pipeline Junior Lomba, vestuarios de Manolo Alta Costura y Patricia Huerta, patrocinados por Sully Bonelly, diseño de luces de Ernesto López, y dirección audiovisual de Aidita Selman (Chips Unlimited). Todo esto anima una producción que mezcla el estilo tradicional en primer plano con tecnología de punta 3D, ofreciendo una narrativa visual poética, lírica y emocional.
Habemus Papa se consolida como una obra imprescindible para cerrar el año teatral. “No es solo una pieza de teatro, sino también un acto de reflexión sobre el poder, el perdón y la fragilidad del alma humana, donde el arte es un espejo y reflejo”, resaltó Cordero.
Las boletas están a la venta en Uepa Tickets, Club de Lectores del Listín Diario, boletería del Teatro Nacional y CCN Servicios de Supermercados Nacional, Jumbo y Merca Jumbo.
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