Casi 60% de la oferta nacional está en plataformas digitales, con más de 40 mil propiedades activas
Por: Ruperto Alis / Imparcial RD
SANTO DOMINGO, R.D. – La industria del alojamiento turístico en República Dominicana vive una transformación sin precedentes impulsada por las plataformas de renta corta como Airbnb, que ya concentran cerca del 60% de la oferta nacional de hospedajes, superando ampliamente a los hoteles tradicionales.
Según datos recientes, más de 40,850 propiedades con 99,609 habitaciones están registradas activamente en Airbnb y plataformas similares en todo el país. Este fenómeno ha provocado un giro significativo en el mercado inmobiliario, especialmente en destinos turísticos como Santo Domingo, Punta Cana, Santiago y Puerto Plata.
Santo Domingo y Punta Cana lideran
En Santo Domingo, se reportan 5,126 propiedades activas, con una tarifa diaria promedio de $63 USD y una ocupación del 53%. Por su parte, Punta Cana alberga 5,022 alojamientos listados en la plataforma, con una tarifa promedio más elevada de $111 USD por noche y una ocupación cercana al 48%.
La rentabilidad también es un incentivo creciente: los anfitriones en Santo Domingo ganan un promedio anual de $12,000 USD, mientras que en Punta Cana esta cifra asciende a $18,000 USD, según datos del portal especializado Airbtics.
Alojamientos para todos los bolsillos
Además del auge en propiedades de lujo, Airbnb también ha democratizado el acceso al turismo con alojamientos económicos y de buena calidad. Por ejemplo, en Santiago de los Caballeros es posible encontrar apartamentos modernos desde $35 USD por noche, y en localidades como Nagua, habitaciones privadas se ofrecen desde $25 USD.
Entre las opciones más destacadas figuran:
Casa Panteón, una villa colonial en la Zona Colonial desde $150/noche.
Apartamento en Bella Vista, desde $65/noche con piscina y gimnasio.
Villa Brisas del Bambú, en Bonao, ideal para escapadas familiares desde $180/noche.
Impacto económico e inversión en aumento
El crecimiento de Airbnb no solo ha diversificado el turismo, sino que también ha estimulado la inversión inmobiliaria. Cada vez más dominicanos adquieren propiedades con fines de renta a corto plazo, atraídos por su alta rentabilidad y menor burocracia.
Según informes del sector, entre 2018 y 2022, el 48% del crecimiento de nuevas propiedades de Airbnb en el país se concentró en Santo Domingo, Puerto Plata y Santiago. Además, se proyecta que el fenómeno continúe expandiéndose hacia zonas rurales y emergentes como Jarabacoa, Pedernales y Barahona.
Retos regulatorios
El auge de estas plataformas plantea también desafíos para la regulación. Las autoridades dominicanas han comenzado a debatir sobre políticas que equilibren el crecimiento de este modelo con el ordenamiento turístico, fiscal y de seguridad.
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